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INGESTIÓN DE CARBOHIDRATOS ANTES DEL ESFUERZO

Diversos autores han mantenido que beber una solución concentrada de azúcar o la simple ingestión de alimento durante los 30 a 60 minutos previos al ejercicio puede inhibir la capacidad de resistencia. Los efectos negativos en los 30-60 minutos previos al ejercicio no han sido observados, sin embargo, en todos los estudios.

McLaren y Reilly (1994), en un estudio reciente confirmaron que la administración de carbohidratos inmediatamente antes del ejercicio aumentó la glucemia, estimulo la oxidación de los carbohidratos y elevó el cociente respiratorio. La conclusión fue que el aporte suplementario de carbohidratos antes del ejercicio prolongado resulta útil, sin que influya el tipo de carbohidratos utilizados.

Sherman (1991) y col. Indicaron que, para evitar las posibles molestias gastrointestinales, el contenido de carbohidratos de las comidas hechas poco antes de iniciar el ejercicio debe ser bajo. Recomendaron consumir 1 g/kg en el plazo de 1 hora antes del ejercicio, en contraste con 4,5 g/kg administrados cuatro horas antes del ejercicio. La única situación obvia a evitar debería ser el consumo de una gran comida sólida inmediatamente antes del esfuerzo.

En cualquier caso, dadas las diferencias individuales, para estar seguros de lo que pueda ocurrir, lo mejor es que cada sujeto lo experimente personalmente (durante los periodos de entrenamiento y no antes de las competiciones), con el objeto de utilizar las pautas que le resulten más adecuadas.

En contraste con los efectos equívocos de la ingestión en la hora previa al ejercicio, el consumo de alimentos en las 3 a 6 horas anteriores a la competición tiene efectos claramente beneficiosos. En cuanto a las pautas concretas de la ingesta precompetitiva, idealmente debería consistir en unas 500-800 calorías, con una tasa elevada de hidratos de carbono y un porcentaje relativamente bajo de proteínas, grasa y fibra,

Como recomendación práctica diríamos que el contenido debe ser de alimentos que le gusten al sujeto y que sepa que le sientan bien, sin arriesgarse a probar platos o comidas nuevas que pueden llegar a producir una alergia alimenticia, acentuada además por los nervios o el propio ejercicio. Para los atletas que no desean comer antes de la competición por el nerviosismo, existen en el mercado preparados líquidos equilibrados, con sabor agradable y tránsito intestinal rápido.